Cultivos agro-voltaicos: vegetales que crecen a la sombra de paneles solares

Frente a la crisis climática, las granjas de energía solar han ido ganando popularidad, lo que no dejan de ser buenas noticias. Sin embargo, el dilema con estas iniciativas es que requieren largas extensiones de tierra para poder ejecutarse. De hecho, según el National Renewable Energy Laboratory de Estados Unidos, para 2030 la energía solar a gran escala podría cubrir hasta 2 millones de acres en Estados Unidos, llegando incluso a desplazar a los cultivos de comida.

Es por esto por lo que un grupo de científicos de la facilidad de investigación Biosphere 2, de la Universidad de Arizona, empezó a experimentar plantando tomates, albaca y pimientos bajo las matrices solares. Los resultados parecen ser alentadores.

“De manera intuitiva uno piensa que como las plantas necesitan luz, y uno está bloqueando la luz, estas no van a crecer. Pero ese no es el caso”, explica Caleb Ortega, del programa de huertos escolares y comunitarios de la Universidad de Arizona. Es más, asegura que en climas cálidos y secos las plantas y vegetales pueden beneficiarse de la sombre.

“En el desierto de Arizona, especialmente, donde estamos ubicados, los cultivos simplemente se queman bajo el calor”, agrega “Entonces, lo que descubrimos es que los cultivos que están debajo de los paneles solares permanecen hidratados por más tiempo y, la humedad en el suelo, es más alta”.

Lo aún más impresionante es con la tecnología agro-voltaica, como ha sido bautizada, la producción de energía también es más alta. ¿Por qué? Los paneles solares suelen ser menos eficientes cuando hay mucho calor. Pero como las plantas liberan vapor de agua hacen el ambiente más fresco, bajando la temperatura de los paneles a la vez. Se trata de una solución en varios niveles.

“Nuestros resultados sugieren que un diseño agro-voltaico no solo mitiga los desafíos de equilibrio energético asociados con el desarrollo de una finca solar, sino que también aumenta los servicios ecosistémicos colectivos asociados al área”, es una de las conclusiones que se puede leer en el estudio publicado en Nature. “Ya no deberíamos seguir creyendo, desde una visión estrecha, que el uso de la tierra implica una competencia entre la energía renovable y la agricultura para producir alimentos. De hecho, hemos demostrado que cada parte del nexo entre alimentos, energía y agua puede responder positivamente a la ubicación de estas necesidades aparentemente dispares”.

Y es que hay cifras que lo demuestran. Bajo el modelo agro-voltaico que implementaron los científicos de la Universidad de Arizona la producción de tomates se duplicó y la de pimiento se triplico. Además, aunque la producción de jalapeño no cambió, el estudio sí identificó que la eficiencia de agua en estos cultivos fue un 157% mayor.

Frente a una crisis climática que no da espera para pensar en soluciones innovadoras, producir comida a la vez que se genera energía no suena nada mal. A la final, está atacando dos problemas que afectan directamente a la humanidad: la seguridad alimentaria y la demanda de energía renovable.

 

Nota: Esta historia fue desarrollada en colaboración con Yale Climate Connections y está basada en la cápsula original: Some crops can thrive in shade of solar panels, experiments suggest

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En esta serie nos conectamos con organizaciones y líderes ambientales que están trabajando activamente en los desafíos ambientales relacionados con la conservación y el cambio climático. También destacamos temas relacionados con la participación política a nivel local y nacional, y recursos para posibles oportunidades profesionales en áreas de conservación, ciencias ambientales (geociencias) y la "economía limpia".

 

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