¿Electrificarlo todo? El camino que debe seguir Estados Unidos, pero sin dejar a nadie atrás

Cuando se habla de cambio climático, es usual escuchar que el sistema energético es el sector que necesita el cambio más urgente. Son varios los estudios que han venido señalando que, a nivel mundial, este es el sector que más emite gases de efecto invernadero, principales responsables del calentamiento global. De hecho, el más reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), un panel de más de 200 científicos que reunió la ONU, estimó que para el año 2019 el 34% de las emisiones vinieron del sector energético, seguido por la industria - con 24% - y la agricultura -con 22%-. 

Esta es la razón por la que, frecuentemente, también se habla de la necesidad de que los países electrifiquen su energía y que ojalá, el origen de esta sean fuentes renovables. Sin embargo, es un objetivo en el que no todos avanzan a la par. En Estados Unidos, por ejemplo, entre el 50 y el 75% de la energía que usa un edificio residencial promedio viene de la quema de combustibles fósiles, según cálculos de la organización Building Electrification Institute. Ellos, además, señalan que, en las ciudades de este país, hasta el 40% de las emisiones provienen de la energía que se utiliza para calentar el agua y alimentar los calentadores de viviendas y edificios. 

Chicago - horizonte de la orilla del río en la noche

Pero el panorama es bastante distinto en otras ciudades del mundo. En Francia, explicó Philippe Casi, investigador del Instituto Pierre Simon Laplace de París al medio BBC, alrededor del 70% de la electricidad de los hogares viene de energía nuclear. Y en algunos países de Latinoamérica, la mayoría de la energía se obtiene a través del agua, por medio de hidroeléctricas. Entonces, ¿puede ponerse Estados Unidos a la par?

Una de las personas que respondería que sí a esta pregunta es Saul Griffith, físico e ingeniero quien creó, junto a Alex Laskey, el proyecto Rewiring America. A través de esta iniciativa buscan demostrar – y enseñar – que Estados Unidos podría reducir entre el 70 y el 80% de sus emisiones de carbono para 2035 a través de tecnologías de electrificación que ya existen. Según su página web, si se logran electrificar 121 millones de viviendas en Estados Unidos, también se generarían alrededor de 25 millones de empleos, utilidades económicas para 103 millones de hogares y se mejoraría la calidad del aire de las ciudades. 

Otro de los beneficios que mencionan es que solo con electrificar equipos claves de los hogares, como las cocinas, se podría reducir el riesgo de asma que sufren los niños hasta en un 42%, ya que esta condición algunas veces está asociada al uso de gas en las estufas. 

Pero llegar allá no es tan simple. Algunos estudios, como el liderado por científicos de la Universidad de California y publicado en Science of the Anthropocene, argumentan que “electrificarlo todo”, podría aumentar la desigualdad. Aseguran, por ejemplo, que los programas de electrificación solo benefician a las viviendas que tienen recursos para acceder a tecnologías de energía eficientes, instalar paneles solares o comprar carros eléctricos. 

La respuesta a estos dilemas, quizá, está en cómo ir combinando estos cambios, como lo señaló Cristina Garcia, parte del Building Electrification Institute y fundadora de Latinxs in Sustainability, al portal Canary Media. 

“Lo que debemos hacer es encontrar una combinación de diseño de tarifas, controles inteligentes, climatización y energía distribuida, como la solar, para que la economía de la electrificación pueda mejorar”, aseguró. “Necesitamos un enfoque holístico y creativo que reúna todas estas soluciones para que sea factible. Mucha gente puede permitirse pagar la electrificación de sus hogares, pero es necesario que haya ayuda disponible para aquellos que no pueden hacerlo”.

Nuestras Historias

En esta serie nos conectamos con organizaciones y líderes ambientales que están trabajando activamente en los desafíos ambientales relacionados con la conservación y el cambio climático. También destacamos temas relacionados con la participación política a nivel local y nacional, y recursos para posibles oportunidades profesionales en áreas de conservación, ciencias ambientales (geociencias) y la "economía limpia".

 

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