Lluvias más fuertes y frecuentes, una amenaza para el colapso de represas en Estados Unidos

Las represas han cumplido un rol clave en Estados Unidos. Para el año 2020, según la Administración de Información de Energía del país, las hidroeléctricas generaron el 7.3% del total de electricidad que necesitaban los servicios públicos de Estados Unidos. Y se sabe, además, que, en términos de emisiones de carbono, las represas son una energía limpia comparadas con el petróleo o el carbón.

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El problema, sin embargo, es que un gran porcentaje de las casi 90.000 represas que existen en Estados Unidos están en peligro de colapsar. “Muchas de estas fueron construidas hace mas de 50 años. Usualmente, el periodo de vida útil de una represa está entre los 50 y los 60 años, por lo que muchas de ellas ya pasaron el tiempo para el que fueron diseñadas”, comenta Paulina Concha Larrauri, quien nació en Guanajuato, México, y es actualmente investigadora de la Universidad de Columbia.

Junto a su colega Upmana Lall, la doctora Larrauri desarrolló un modelo dinámico que les permitirá a los tomadores de decisiones conocer la probabilidad que tienen las represas de fallar, dependiendo de variables como el tipo de construcción, los patrones climáticos a las que están sometidas y la región donde se encuentran. Una herramienta que servirá para conocer a cuál hidroeléctrica se le debe poner más atención y repararla primero.

El modelo señala que de las casi 90.000 represas que hay en Estados Unidos, unas 1680 presentan un alto riesgo de falla y que lograr arreglarlas requerirá de una inversión por más de 70 mil millones de dólares. Además de estar viejas, las estructuras tampoco han recibido un buen mantenimiento.

“Hay mucha variación en la seguridad y supervisión de estas represas en todo el país”, continua la experta. También indica que solo con que una represa falle se podría generar una reacción en cadena. Una hidroeléctrica desbordada no solo generaría inundaciones en hogares y bloquearía vías, sino que podría afectar la generación de energía de otras represas.

El cambio climático, además, al intensificar y alterar los patrones de lluvia, complica aún más este escenario: está generando precipitaciones más frecuentes y drásticas que algunas represas no podrán soportar. De hecho, en el reporte que escribieron entre Larrauri y Lall, explican que muchas de las represas en Estados Unidos no cumplen los actuales estándares de seguridad relacionados con las inundaciones, ya que en la época en la que fueron construidas no existían registros de precipitación prolongados. “Quizás como consecuencia de esto, el número de incidentes de desborde de represas supera con creces las fallas estructurales en los Estados Unidos”, señala el documento.

Actualmente, los recursos para abordar este problema son limitados, por lo que la doctora Larrauri cree que es importante evaluar los riesgos y potenciales pérdidas para priorizar cuáles represas reparar primero. Se trata de una decisión importante. Solo el año pasado, en junio de 2020, dos represas fallaron en Michigan, obligando que unas 40.000 personas tuvieran que evacuar de emergencia.

Nota: Esta historia fue desarrollada en colaboración con Yale Climate Connections y está basada en la cápsula original: More frequent, heavier rains strain U.S. dams

Nuestras Historias

En esta serie nos conectamos con organizaciones y líderes ambientales que están trabajando activamente en los desafíos ambientales relacionados con la conservación y el cambio climático. También destacamos temas relacionados con la participación política a nivel local y nacional, y recursos para posibles oportunidades profesionales en áreas de conservación, ciencias ambientales (geociencias) y la "economía limpia".

 

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